12/25/2014

signal to noise — silvia moreno-garcia

Una novela de fantasía que sigue a dos chicas y un chico de la Ciudad de México en 1989. Eso en la mitad de los capítulos, en la otra mitad los sigue veinte años después, cuando Meche, la protagonista, vuelve a la ciudad a causa de la muerte de su padre. Supongo que en otros sitios comentarán las connotaciones que tiene la magia en esta novela (más cerca de Among Others que de Lev Grossman, digamos), a mi lo que más me llamó la atención es lo bien que entiende la cultura pop en el México de los ochenta.

El padre de Meche había sido locutor, también coleccionista de discos, y durante buena parte de su vida bosquejó una historia del rock latinoamericano, eso cuando se lo permitía el alcoholismo. Meche ha heredado la obsesión del padre y toda la historia está veteada de discos. Están los que dejó el difunto y que ahora su hija debe descartar o conservar, también los que ella escuchaba con sus amigos en 1985, y todavía hay otros con propiedades mágicas.

Meche había hallado discos con poder en las tiendas de viejo, esto la hizo suponer que el poder podría estar relacionado con el dueño anterior o las personas que lo habían tocado; una pátina que de algún modo impregnaba el vinil, como las huellas de pulgares en su superficie.

Al hablar de la música escuchada en México en esa década tendemos a hacer hagiografía del rock nacional, guiños kitsch a lo tropical, o recordar con horror a los baladistas de TV. Otras veces nos clavamos en lo que sonaba en círculos pequeños, por considerarlo más interesante. A esos recuentos les falta mucho para completar la banda sonora cotidiana: un revoltijo de géneros y nacionalidades que sonó en mucho hogar suburbano de los ochenta. Esa mezcla (más la afición de padre e hija al jazz y al rock sudamericano) está por todas partes en Signal to Noise y eso me pareció entrañable de la novela.

¿En qué consistía ese revoltijo? No faltaba el tío o el hermano mayor que atormentaba a la familia con hard rock y progresivo. Padres que habían cambiado la utopía por un trabajo de oficina, pero igual te recetaban a Mercedes Sosa y a Silvio cuando les ganaba la nostalgia. Madres que contaban "... de cartón piedra" como si fuera un cuento de Perrault. Boleros y tangos en la estación de radio que se ponía al "alzar la casa". España exportó la movida madrileña pero lo que más sonó por acá fue Bosé y Mecano. Sumemos a esto todo el catálogo de power ballads estadounidenses, los años de fama del tecnopop y el largo romance que tuvo latinoamérica con el pop italiano (que unas veces llegaba directo, otras como cóver).

Cuando me topo un libro cuajado de referencias a canciones termino armando un playlist. A veces te llevas sorpresas, como descubrir que en El gran Gatsby sólo se mencionan cuatro canciones. O cuando encontré el playlist de American Gods hecho por un usuario de Cubic, que era mucho más extenso de lo que me había parecido al leer el libro. Acá están las canciones de Signal to Noise en Youtube y Spotify, y por acá pueden leer un artículo de Silvia Moreno-Garcia sobre la ciencia ficción mexicana.

12/19/2014

óptica

Llevo más de veinte años pasando por ahí. Durante dos años viví a un par de cuadras de esa esquina. Y siempre entendí que ahí decía Óptica Menard.

12/18/2014

drlng - icarus

Quedó bien arraigado lo de publicar listas apenas llega diciembre. ¿Cómo le hacen si sale una buena canción durante diciembre? ¿Las bandas que quieran escapar de la listopía sacarán canciones en diciembre como statement? Pienso en eso mientras escucho Icarus, un EP recién publicado por DRLNG.

Llegué tarde al culto de Plumerai, banda dreampop de Boston. Los conocí cuando estrenaron cantante (Eliza Brown) en el EP Marco Polo. Ahí venía "Trip", canción que traje a vuelta y vuelta durante 2012.

En los primeros meses de 2014 presentaron en su blog una nueva canción (en francés) llamada "Seattle". La canción resultó ser el inicio de una nueva banda, ahora Eliza Brown, el guitarrista Martin Newman y su tropa se presentan como DRLNG y "Seattle" es uno de los cuatro tracks en su primer EP, publicado el 16 de diciembre.

Hacemos trampa al llamar dreampop a la música de Brown y Newman. Digamos que es dreampop sin efectos especiales. Ya sé que el dreampop es en buena parte efectos especiales. Es sólo que tiene sentido decirlo así. O tiene sentido al escucharlos.

Silber Records / Deezer / Bandcamp

12/15/2014

amorfos: cancioncitas de xalapa

Llegué a Xalapa en 1999. Una peculiaridad de la ciudad era la falta de rock.

No era algo que extrañara; no podía extrañar el rock si a cambio me daban niebla constante, el restaurant La Sopa, el videoclub Zafra, toritos de cacahuate, buenas librerías y esos curiosos locales de pizza y yogurt.

Pero era algo notorio: no había rock en la radio y casi no lo había en vivo. Las bandas que había tocaban en Graffiti, el bar inventado y atendido por José Homero.

Recuerdo una banda goth llamada Bela Lugosi (si en tu ciudad son escasas las bandas te puedes permitir ese nombre) y una thrash llamada Zotz (que tocaba más seguido fuera de Xalapa). Los que se presentaban frecuentemente eran Amorfos y Cabezoides.

Cabezoides tenía un set breve que prolongaban por unos minutos tocando covers afónicos (no tenía cantante el grupo) de Rage Against the Machine. Lo más cercano a una banda afianzada, con canciones y un demo conocidos por el público, era Amorfos.

La que más les pedían era "Cancioncitas" y hasta hace unos días me enteré que tuvo video, pero que sólo se conserva el "detrás de cámaras" del video.

Acá está Cancioncitas, acá la versión que grabaron años después Los Aguas Aguas, y acá Amorfos en una tocada de 1995.